La madre de Jane Austen
/La casita de Chawton, en la que vivió Jane Austen con su madre y hermana/
¿Cómo era la madre de Jane Austen? ¿En qué influyó en la vocación literaria de su hija? ¿Se llevaban bien? Para empezar pertenecía a una familia superior a la del padre en cuanto a títulos, ascendencia y parentesco. Su padre era el reverendo de Oxfordshire y su tío Theophilus Leigh, un tipo excéntrico y eminente. La propia Cassandra tenía importantes cualidades intelectuales: era inteligente, tenía sentido crítico, un humor irónico muy reconocible y era muy sensata. Esa sensatez la demostró al casarse con alguien tan formal como George Austen, clérigo, y también al espaciar convenientemente los sucesivos partos de sus ocho hijos, de modo que no se resintió su salud ni la de los niños. Cassandra Austen, madre, murió a los ochenta y ocho años, diez años después que su hija, y solo padeció una leve hipocondría que se fue acentuando con la edad como suele ser normal en esta dolencia.
/La ciudad de Bath, en la que se casó Cassandra Leigh y vivió tras la jubilación de su marido/
No cabe la menor duda de que nacer y vivir en un ambiente en el que la madre escribía hermosas cartas, el padre preparaba sermones, existía una buena biblioteca, y algunos de los hermanos también tenían tendencia a la escritura, tuvo que influir por fuerza en la vocación de la joven Jane. Es muy importante el lugar en el que uno nace, en qué familia, en qué tiempo y en qué contexto. No sobraba el dinero en aquella casa, pero la literatura, el teatro, las artes, la buena conversación, tenían un papel importante. Abundaban las relaciones de vecindad y de familiaridad y eso generaba un trasiego de cartas, que eran, seguramente, el elemento literario más usado por todos. Escribir hermosas cartas, leerlas en grupo con la mayor atención, era algo que enseñaba y formaba los espíritus. Precisamente porque se solían leer al grupo por su cualidad de boletín informativo, se cuidaba mucho la redacción y la caligrafía.
/Restos de la zona antigua de Southampton, donde vivió un tiempo Cassandra Leigh-Austen/
Físicamente, la madre de Jane tenía la prestancia propia de los Leigh, con ojos grandes y grises, bonito cabello negro y una figura frágil pero airosa. Opinaba de los diversos asuntos que concernían al gobierno de la rectoría y en ella encontró George Austen a alguien que era capaz tanto del trabajo más duro como de la organización de los diversos elementos cotidianos, incluyendo sacarle el mejor partido a un sueldo escaso. Era una mujer de carácter práctico, de la que existe una gran zona de sombra que las cartas que han quedado y las investigaciones no han dado todavía claridad. Cómo llevó ella la muerte del prometido de su hija Cassandra, que la dejó viuda sin casarse. Cómo percibía los intentos de publicación de su otra hija, Jane, en su vocación de escritora. De qué manera aconsejaba, ayudaba, prescribía, orientaba, a su pléyade de hijos en sus distintas ocupaciones, muy variadas y que abarcaban un amplio abanico. Y, sobre todo, de qué modo sobrellevó la desgracia del hijo enfermo, que no participaba en la vida familiar aunque, sí es verdad, estaba bien atendido con una familia de confianza. Todas estas vicisitudes, incluido el triste itinerario que hubo de emprender tras la muerte del marido, incluso antes cuando abandonó Steventon tras la jubilación del pastor Austen, tuvieron que dejar huella que no llegamos a conocer y que sería clarificador saber. Cassandra permaneció veintidós años viuda. Su marido tenía nueve años menos que ella y falleció a los setenta y cinco años.
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