Mujeres y barcos


(Miranda in sturm. John William Waterhouse. 1916)

La vida de Jane Austen transcurrió, salvo unos pocos años, en estado de guerra contraFrancia. Los militares eran una clase social emergente. Muchos hombres sin fortuna, segundones de familias de la gentry, buscaron su porvenir en la marina, sobre todo. Los uniformes militares hacían las delicias de las mujeres de la época cuando en los acuartelamientos se organizaban bailes para entretener a la milicia, pero, en realidad, todo ello constituyó una sangría de hombres que se observa con claridad en el número de mujeres viudas o solteras por falta de varones. 

En Persuasión el protagonista masculino, el capitán Wentworth significa la reconciliación de la clase rural, con todas sus tradiciones, y este nuevo grupo social emergente. En las primeras novelas de Jane Austen, sobre todo en Orgullo y prejuicio, los militares no significan nada más que una forma de ascender o de obtener un empleo digno. Wickham, el villano, es precisamente uno más de quienes buscan un medio de vida en el ejército. Sin embargo, la población inglesa en el intervalo de años que va desde una novela a otra, unos veinte, ha mejorado su opinión y eso se refleja en el papel que juegan en la historia no solo Wentworth sino otros militares amigos suyos. Es una especie de redención social. 

De esta forma hay ocasión para plantear el tema de las mujeres y la marina. De las mujeres y la larga espera ante la marcha de sus esposos para luchar. De las mujeres y su conformismo ante las guerras que planteaban y dirigían los hombres. A ellas solo les correspondía allanar el bienestar de sus maridos y parientes. Esperar en su sentido más amplio. Velos negros si la cosa venía mal. Los hombres, además, volvían tocados en muchos casos, como ocurre con todos los conflictos bélicos en los que a la lista de muertos y heridos hay que añadir los trastornos psicológicos. 
El capitán Wentworth no es partidario de la costumbre cada vez más asentada de que las mujeres acompañaran a sus maridos en los barcos. Le parece que es inhumana para ellas y que no les proporciona las mínimas comodidades debidas a las damas. Esta opinión da ocasión a un interesante cruce de opiniones con su propia hermana, esposa de marino a su vez: 

"Las mujeres pueden encontrarse a bordo de un barco tan confortablemente instaladas como en la mejor casa de Inglaterra. Creo haber vivido embarcada más tiempo que la mayoría de las mujeres, y no sé de nada mejor que los arreglos propios de un hombre de guerra. Confieso que no he encontrado comodidades...comparables a las que he disfrutado en casi todos los barcos en que he vivido, y ya han sido cinco".

/11-2-2020/

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